Lo que es, es y no puede no ser.

Sólo una vía queda de que hablar, a saber, que “Es”. En esta vía hay signos abundantes de que lo que es, puesto que existe, es total e imperecedero, por  tanto, único e inmóvil, sin fin.
No fue en el pasado, ni deberá ser aún, sino que ahora es, todo a la vez, uno y continuo.



No es divisible, puesto que es todo por igual. No existe más plenamente en una dirección, lo que impediría su cohesión, ni más débilmente en otra, sino que todo está lleno de lo que es. Por tanto es un todo continuo, pues lo que es está en contacto con lo que es.

Nosotras somos. y no podemos, o si, pero nos cuesta, dejar de serlo.